El reloj de mi móvil marcaba las 13:02 cuando comenzaron a sonar los primeros acordes de “Libre te quiero”: Era Vicente y, como cada vez que salía con su veterana bici, me llamaba para decirme dónde estaba y describirme los paisajes y los sonidos. Nadie como él. El domingo me comentaba que estaba en compañía de un viejo mastín de ladrido largo y profundo, “guaauf, guaauf” imitaba. Y nos reíamos. En aquel momento comenzó a explicarme dónde estaba, pero sólo alcanzó a nombrar la carretera a La Robla. Creo que llegó a decir “espera” y a continuación comencé a escuchar unos sonidos guturales y rítmicos similares a un gruñido. Como él era así, supuse que le había acercado el aparato a su espontáneo acompañante; a veces hacía eso y lo mismo me traía el rumor del río que me regalaba los colores del martín pescador o una sinfonía completa interpretada por el más exquisito coro de pájaros.
Pero aquello ya duraba demasiado, yo le llamaba y no me hacía caso. De repente oí unas voces desconocidas: “Caballero, ¿se encuentra bien?” “¡Está morado!”. No, morado, no. Violeta. Vicente se fue violeta como la luz que amaba, como las letras que de vez en cuando le llegaban. Violeta como los ocasos más dulces. Dicen quienes lo vieron que aún sonreía. A mí me cuesta creerlo porque oí aquel sonido. Pero quiero pensar que sí, que Vicente se fue amando. Haciendo lo que más quería, en la naturaleza, con su bici y comunicando. Sí, Vicente se murió viviendo. Feliz.
Quedaros con el estribillo
3 comentarios:
Que tal has pasado la noche?? Jo que pedazo de cancion has elegido!! Cielo, muchos animos y energia y no es terrible ni absurdo estar vivo, porque tienes dos hijos que te necesitan y mucho. Tienes derecho a estar triste y confundida, pero hay que seguir adelante. Un abrazo muy gordo.
"Amada mía, si un día este destino absurdo
disponer nos dejara del triste plan del Mundo,
querríamos sin duda reducirlo a pedazos
para hacerlo otra vez, pero esta, a nuestro gusto..."
(En una versión sumamente libre de Omar Khayyam)
A través del móvil estuvo acompañado, por ti, además de su perro.
Ya sabemos que la vida es algo efímero, que en cualquier momento rompe.
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