Etimológicamente, de color
variable o de varios colores, Versicolor
es más, es verso y color, poesía natural hecha pintura.
En un viaje por los paisajes
cretácicos de Teruel, Paco Rallo descubre esta palabra al escucharla en la
descripción geológica de un afloramiento de arenas de tonos blancos, amarillos,
púrpuras, verdes, azules y grisáceos, en una sinfonía de colores mineral. Queda
fascinado tanto por la belleza de la arena, como del nombre, al cual considera
gráficamente pictórico. Más adelante, cuando tiene la oportunidad de observar
una lámina delgada de roca al microscopio, comprueba cómo, a escala micro, se
repite esa armonía cromática. Es parte de la relación biunívoca que establecemos
entre geología y pintura, en la que ambos nos retroalimentamos.
Paco Rallo celebra sus 45 años
dedicado al arte en la galería Finestra Estudio de Zaragoza, en plena madurez
artística. Si hace dos años nos traía en su exposición Primum ver la primavera, en Versicolor
muestra su apogeo ante nuestros ojos y nos embriaga y hechiza a partes iguales.
Artista de amplia paleta cromática, su actual pintura no sigue la línea
dibujada, sólo el trazo marcado con su destreza sobre soportes con bases
preparadas, con rasgos largos, sin representación. La composición está marcada
por ritmos creados por el movimiento de la mano del artista, en una suerte de horror vacui.
Cada una de las obras que aquí
contemplamos son capítulos del Libro del Arte de la Vida, o de una vida
consagrada al arte. Un libro no para leer, ni siquiera ver. Sólo mirar. Mirar y
admirar. Sumergirnos fascinados en cada cuadro, en cada pincelada, casi hipnotizados
como quien mira un fuego crepitante. Tantas formas que se dibujan, fijan y
desvanecen ante nuestros ojos para a continuación regalarnos la siguiente, así
es Versicolor. Una ventana a la
sugestión, al placer estético. Pura contemplación. Pura poesía.
Paco Rallo en plena creación de Versicolor |
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