domingo, 6 de junio de 2010

la crisis griega es contagiosa



Y no sólo a nivel internacional, que también. Y si no, mirad lo que está pasando con Hungría e incluso con nosotros mismos. Pero no, no me refiero sólo a eso. ¿Os acordáis de que os comenté la puntería que había tenido a elegir a Grecia como mi próximo destino? Bueno, pues una vez más tendrá que esperar. La crisis, la maldita crisis, o lo que es peor, el miedo ha llegado a mis cuentas. Y si ya me daba reparos el andar por Grecia pagando los platos rotos por otros como turista accidental en un país arruinado (y no sólo las piedras), no me voy arriesgar encima a hacerlo cuando no tengo claro mi futuro.

Y es que ya estoy pagando otros platos que tampoco he roto yo, o, al menos, no sola, ni mucho menos en su mayor parte. La crisis, la maldita crisis paraliza las obras, porque la cultura ya se sabe que en estos tiempos no es prioritaria. Y si queda alguna, que más da saber cómo son las piedras o qué les pasa, hacemos lo de siempre y en paz. Como si siempre fuera igual (siempre, siempre, que palabra más traicionera y manoseada).

Pero claro, de qué me quejo, si yo soy una autónoma que he vivido en la opulencia estos años de vacas gordas… no como esos pobres funcionarios que les rebajan el sueldo una media del 5%, pobrecitos, qué penita me dan.

Pues no, señores, no me dan ninguna. Tampoco podría decir que me alegro, pero a esos señores que pasado mañana saldrán a quejarse deberían caérseles la cara de vergüenza en lugar de enarbolar una pancarta. Y de paso, que se les cayera también a los sindicatos que ahora es cuando despiertan de un tan extraño como largo letargo.

Esos señores siguen contando con un sueldo fijo, menguado sí, pero saben que al mes que viene, dentro de seis o de un año, seguirán cobrando. Que tal vez deban tener un poco más de cuidado con la visa e ir a cenar a restaurantes menos caros, puede. Que a lo mejor no podrán comprarse ese irresistible bolso de “mandarina duck” y que Tommy Hilfiger puede esperar, también. Hay que pagar la hipoteca y los plazos del cochazo que duerme en el garaje (porque para diario es mejor el otro, el pequeño utilitario). Pero saben que seguirán cobrando sólo por levantarse cada mañana de la cama.

No me dan ninguna pena, no. Yo no me he forrado durante las vacas gordas, como todo el mundo acusa a los autónomos; mi coche tiene diez años y que dure, y soy la reina de los chollos y las marcas blancas. Tal vez porque sé lo que me cuesta ganar cada euro que entra mi cuenta, y sobre todo lo que cuesta que entre, que últimamente lo hacen poco. Quizás porque sé que sólo por levantarme por la mañana ya tengo que pagar mi parte alícuota de seguridad social, alquiler de local, suministros, colegio profesional, etc, etc, etc. Trabaje o no.

Y aún con todo no me puedo quejar, que conservo, mal que bien un trabajo por el que cada día peleo y me desespero ante el silencio del teléfono y la inactividad del correo electrónico. Hay otros que viven en un E.R.E. asintótico con una peligrosa tendencia al cero en su trabajo. U otros, muchos, que ya han llegado al cero y a los que ya no se les puede sacar más conejos de la chistera en forma de prestaciones. Hay demasiados dramas a nuestro alrededor, muchas horas de sueño perdidas, muchas cuentas como rosarios para que me queje. No nos quejemos, señores funcionarios de silla vacía y cafetería repleta; de moscosos y horarios sutilmente recortados hasta transformarse en derechos adquiridos; de cafés interminables que se transforman en paseo de tiendas o confesiones íntimas. Mejor nos estamos calladitos.

Sé que ésta no es la solución, que ni los funcionarios, ni los autónomos ni todas esas personas que han perdido su empleo tenemos la culpa de esta crisis, y la estamos pagando entre todos, pero tengan un poco de vergüenza y trabajen, que para eso cobran, aunque sea menos.

5 comentarios:

Antonio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Antonio dijo...

Perfectamente explicado lo que pensamos muchos, que no somos funcionarios y no tenemos la vida asegurada.

Sánchez Mostolac, Alfonso dijo...

Ahora es cuando te lee un funcionario y te suelta eso de que ha estado ocho años estudiando para sacar su plaza, que a mi ya me lo han dicho por opinar parecido. Por cierto que los griegos si que saben de crisis: ¡es una palabra que inventaron ellos!

Aupaedurne dijo...

Sí, a mí tb me lo han soltado alguna vez, como si yo no hubiera estudiado. Como si yo, no tuviera q pasar una oposición cada día para seguir trabajando y dar de comer a mis hijos. No, a mí esa contestación no me vale. Viene a ser como decir "yo ya me esforcé una vez y ahora me toca vivir de rentas" Es demasiado pueril, espero -sé- q no todos piensen así.

Anónimo dijo...

Pues lo que falla es el sistema, no? La cuestión es que hay dos sociedades. La "segura", la que tiene el sueldo asegurado a final de mes y la que vive el día a día instalada en la incertidumbre más dolorosa.
¿Qué hacemos? ¿Suprimimos la administración? ¿Inculcamos a nuestros hij@s desde pequeños a preparar oposiciones para la administración? ¿Les metemos el objetivo de llegar a ser funcionari@s cueste lo que cueste?

Por otro lado, el estado también tiene siempre el recurso de bajar el sueldo a sus trabajadores.
Saludos.