Detenido un anciano que robó 5.300 euros en un banco con una pistola de juguete
La Policía ha detenido hoy en León a un hombre de 72 años porque supuestamente atracó esta mañana una sucursal del Banco Santander de León con una pistola de juguete y se apoderó así de un botín de 5.300 euros.
Aunque el asaltante, cuyas iniciales son M.R.A., logró escapar del banco, fue arrestado poco después por la Policía Local de León, ya que uno de los empleados de la sucursal avisó del atraco, han informado hoy fuentes de la Policía Local.
El suceso tuvo lugar en una oficina bancaria de la transitada Avenida Miguel Castaño de León, y el supuesto autor fue detenido a los pocos minutos en las inmediaciones del Corte Inglés, ambos lugares a unos cinco minutos de distancia a pie.
ECODIARIO.ES 22/06/2010, 15:27
Pues ole por M.R.A. No sé de sus circunstancias personales, pero sí me imagino la de miles de pensionistas que sobreviven con apuros, casi de milagro, y que van a ver congeladas sus pensiones por culpa de la crisis que han creado los bancos. Yo también quiero tener la valentía suficiente –y un poco de ingenuidad- como para entrar en un banco a robar con una pistola de juguete lo que ellos nos están robando todos los días. Llamadme subversiva, sí, pero deberíamos ser muchos los emerreas que tendríamos que ir a que nos devolvieran lo nuestro, eso sí sin hacer daño a nadie, que ha quedado demostrado que las pistolas de juguete sirven.
Porque no deja de sonar a recochineo que el gobierno haya estado ayudando a los bancos y a las grandes empresas, sólo porque tenían menos beneficios que el año anterior mientras los curritos de a pie se balancean en el difícil alambre del E.R.E. de dónde se pueden caer a la sobresaturada red del paro hasta el tortazo de la nada. O les bajen el sueldo. O son autónomos o pequeños empresarios que se dan de leches por sobrevivir cada día.
Os contaré una historia: Conozco una persona que tiene una microempresa, muy micro, que siempre se había caracterizado por su pulcritud en las cuentas y en los contratos con sus pocos empleados y pagaba religiosamente a la Seguridad Social y a Hacienda lo que hiciera falta pues era temeroso del estado. Pero un día se confundió y había una mínima desviación entre lo que había cotizado y lo que debería haber cotizado. Le mandaron una notificación requiriéndole el pago de la deuda y la multa correspondiente, como suele ocurrir en estos casos. Lo curioso fue que la multa era muy pequeña y, como estaba por debajo del mínimo que cobraba la Seguridad Social, le aplicaron éste, aun a pesar de que no le correspondía pagar tanta cantidad. En aquellos días comenzaban a saltar las noticias sobre las ayudas millonarias a las grandes empresas y esta persona, que también creaba empleo, que ningún año tenía beneficios, que iba justito , no sólo no recibía ayuda sino que tuvo que pagar más de lo que le correspondía.
Da rabia. Y teniendo en cuenta los seguros que tienen los bancos, que ya se sabe que la banca nunca pierde, pues yo también quiero ser M.R.A. Yo también soy culpable de su delito de reclamar lo que no sé si es suyo, pero desde luego, no de los bancos.
2 comentarios:
Querida...MRA debería haber ido a atracar directamente al señor Botín o a alguno de sus colegas y no a los curritos (muchos de ellos mileuristas) que trabajan en las sucursales...Ellos no tienen la culpa de la crisis, es más, se ven tambien con problemas para llegar a fín de mes...Esto de hacer "apología" del atraco, me parece simplemente, no demagogia, sino una melonada...
Sin acritud.
Las pistolas de juguete sirven, querido anónimo/a y no tengo nada contra los curritos bancarios, a alguno de los cuales me unen lazos familiares.
Las melonadas abundan en estos tiempos más que los melonares en Villaconejos, y es tan melonada tu "apología del atraco" como pensar q lo q pretendía con mi entrada es atracar curritos mileuristas o ancianitas con el bolso lleno de los pocos billetes de su pensión de viudedad no contributiva.
No, querido/a, abre los ojos y la mente y lee lo q hay más allá de esta entrada, la injusticia de un sistema, la prepotencia de unas clases y la desesperación de las personas.
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