miércoles, 1 de abril de 2009

70 años desde que pasaron



Hace setenta años desde que se acallaron las voces que proclamaban "No pasarán". Pasaron, vaya que pasaron, Pasaron por encima de la vida, de las vidas de muchas personas. De sus vidas, de sus alegrías, de su libertad, de su dignidad, de sus derechos. Pasaron por encima de la historia de un país que afrontaba por primera vez un cambio en sus estructuras que, en muchos aspectos era ilusionante: florecimiento cultural, sufragio universal verdadero, avances sociales, reformas agrarias... no voy a hacer un ensayo histórico. Prefiero hablar de los pequeños cambios, que se convirtieron en cambios de dimensiones monstruosas.

A menudo me da por pensar quién sería yo si no hubiera ocurrido todo lo que ocurrió. Sin embargo todo aquello ocurrió mucho antes de que yo naciera, sin apenas posibilidad de evitarlo. ¿Quién sería yo? ¿De dónde? ¿Cómo? E incluso, ¿Sería?

Era uno de los momentos más interesantes en la vida cultural de este país. Multitud de cabezas bien amuebladas tenían campo abierto para dejar libres sus pensamientos. Pero se produjo ese lamentable corte que se tradujo en un execrable retraso hacia una sociedad ignorante, pacata e hipócrita por un lado y rabiosa, amordazada y oprimida por el otro. Una época gris marengo de cuarenta largos años de la que treinta años después, aún nos estamos recuperando.

Aquella guerra no sólo cambió la historia de un país y de toda una sociedad. Cambió el rumbo de un sinfín de familias… tantas historias, tantas tragedias que se han ido viviendo a lo largo de todos estos años. Calladamente, aceptándolas con resignación, simplemente por el hecho de que ocurrió lo que ocurrió. Aquel hachazo en la vida de mucha gente ha dejado y dejara su huella durante varias generaciones. Y será difícil de olvidar. Será necesario no olvidar.