jueves, 13 de agosto de 2009

tiempo de ausencias



Nos pegamos el año esperando las vacaciones, el verano. Planeando qué vamos a hacer en ese tiempo de "descanso". Conforme se acercan las fechas, las conversaciones son monotemáticas -bueno, lo suelen ser siempre, pero con otros asuntos- y al pobre pescatero no paran de preguntarle si no se va de vacaciones. Como si no fuera suficiente tortura estar rodeado de peces tierra adentro mientras las clientes pasean sus moreneces recién adquiridas.

Nos pegamos el año soñando con esas "merecidas" vacaciones, frase hecha dónde las haya. A veces olvidándonos de que el resto del año también vivimos, como cuentan en este genial vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=HdrABHarNyM

No nos acordamos de que las mayores tasas de divorcio se dan justo después de las vacaciones de verano, cuando la convivencia obliga a la pareja a soportarse , sin poder esconder la cabeza en la excusa del trabajo.

Pero además el verano es tiempo de ausencias. Poco a poco van desapareciendo los referentes habituales, se volatilizan las rutinas diarias. Comienza con las programaciones audiovisuales que se convierten en una caricatura de sí mismas (a veces se agradece y hasta hay programas buenos). Luego poco a poco van desfilando amigos y familiares, hasta los propios hijos que muchas veces son "aparcados" en el pueblo para que los padres puedan seguir trabajando. Qué decir si encima comienzan los turnos vacacionales con el padre o la madre como es el caso. Se va la gente que quieres, los que más quieres, dejándote un vacío tal que sólo las escuetas llamadas telefónicas consiguen no dejar el alma en sequía absoluta. Por fin, ya en el súmmum de la soledad, cierran los bares de referencia por vacaciones. Eso es terrible.

Así, llega un momento en que no te queda otro remedio que ser tú también la ausente, en una especie de mezcla de necesidad de descanso y cambio de rutina, y de venganza por las ausencias ajenas, con la espera de que el reencuentro traiga cosas mejores. Como si cada septiembre fuera un carpetazo de lo vivido anteriormente. No aprendemos...

Aupaedurne se va a paseo, aunque un poquico más cerca que el año pasado.