martes, 31 de marzo de 2020

décimo séptimo día del estado de alarma. el valor de las palabras



Marzo se despide en invierno. Ya nos habían avisado. Tenemos más horas de  luz para ver las gotas en los cristales. Hace frío, pero no importa, estamos dentro, casi nadie en la calle, solo los esenciales.

Ser esencial. No había otra palabra. Todos somos esenciales. Pero ahora es un desbocado BOE el que decide, de rato en rato, quién lo es. Y andamos todos perplejos sin saber qué hacer, como aquella canción "Un pasito pa'lante, María, un pasito pa'trás". 

Cuando psicólogos de todo el mundo se afanan en explicarnos las consecuencias que tiene para nuestra mente, autoestima y ánimo una buena gestión del confinamiento, que le digan a una persona que, pongamos, vive sola en un piso interior o con poca luz, o a alguien de quien depende una familia, o a cualquiera que se le esté haciendo muy cuesta arriba estos diecisiete días y subiendo, que no es esencial, mina bastante la moral. 

Todos somos esenciales, de una u otra forma, cuidemos el lenguaje. Es el patrimonio que podemos conservar ahora.



lunes, 30 de marzo de 2020

décimo sexto día del estado de alarma. moratoria.



Hoy nos han dado un día de moratoria antes de confinarnos más. Entre tanto, el tiempo meteorológico se ha aliado con el cronológico para que nos quedemos en casa. Si fuera fan de juegos de tronos diría que winter is coming...again

Menos mal que mi tórtola favorita me sigue saludando por las mañanas.






domingo, 29 de marzo de 2020

décimo quinto día del estado de alarma. silencio


Hoy hay una luz distinta Es la luz de una hora antes. Esta noche hemos ganado una hora. Otros años lo habría visto como que me han robado una hora de sueño. Hoy también, pero además es una hora menos de de confinamiento, una hora más cerca del final. 

Hoy les he dejado hablar a los pájaros. Es lo que se merece un domingo. Un día más. Un día menos.


sábado, 28 de marzo de 2020

décimo cuarto día del estado de alarma. pa'qué tanto

Podría madrugar más, sí. Los amaneceres desde mi terraza son espectaculares, pero, pa'qué tanto. Voy cumpliendo mis obligaciones de trabajo, pero este exceso de tiempo genera una cierta indolencia, y languidez que rebaja tus niveles de adrenalina a mínimos. Como la endorfina, serotonina, dopamina u oxitocina, las hormonas de la felicidad. Me siento como anestesiada, como en un baile raro e interminable en el que lo único que puedes hacer es dejarte llevar. 

Creo que ha llegado la primavera.


viernes, 27 de marzo de 2020

décimo tercer día del estado de alarma. un día menos

Un día menos, quiero pensarlo así. También un día más. Hace dos semanas que volví de Francia vía Madrid. No negaré que he pasado algo de miedo. Pasé miedo ya durante el viaje por ir a la "zona 0" pasé miedo de no poder llegar a mi casa, que cerrarán Madrid y me quedará sin poder regresar. Se hablaba de todo. Madrid estaba desierta, el avión de vuelta de Nantes, medio vacío, igual que las estaciones de cercanías, incluidas Nuevos Ministerios y Atocha. Cuando, por fin, subí al AVE, íbamos cuatro, contados, en el vagón, y eso que me tuve que sacar turista plus porque estaban todas las plazas ocupadas... 

Hoy respiro un poco mejor, por lo menos en aquel viaje no me contagié de nada. Un día menos.


jueves, 26 de marzo de 2020

duodécimo día de estado de alarma. el sol, por fin

Hoy ha salido el Sol. Y el cierzo. Parece un marzo normal, aunque ya no sé qué va a ser normal a partir de ahora. Quizás tendremos que acostumbrarnos a decir "un marzo como los de antes" y marcar nuestras vidas con a.CV. y un d.CV. 

Pero lo importante es seguir adelante, estar y empeñarse en estar. Lo mejor posible. En casa. Viendo, por fin, el azul del cielo.





miércoles, 25 de marzo de 2020

undécimo día de estado de alarma ¿nos estamos relajando?


El Sol sigue sin salir. Mejor, aunque el frío de las mañanas empieza a aburrir. Ayer, cuando fui a la oficina me puse las gafas oscuras por placer, más que por necesidad. Pero aquí estamos, rodeados de grisura. 

Hoy he vuelto a oír a los pájaros. Creo que cada día hay más y distintos. Al final aprenderé a distinguirlos. Sin embargo, en el silencio y la soledad, me ha dado la sensación de que hoy se oían más coches por el tercer cinturón ¿Nos estaremos relajando? No podemos todavía. Es duro, dicen. Lo peor está por venir, dicen. Hay que aguantar, dicen. Lo dicen quienes saben. Pues como en mi pueblo, Ajo y agua.




martes, 24 de marzo de 2020

décimo día del estado de alarma. verde que te quiero verde

Habrá gente que, como dijo un día el presentador de aquel programa "Sé lo que hicisteis", Ángel Martín, se van a dedicar este tiempo de confinamiento a ver crecer las lechugas. Yo me estoy dedicando a ver brotar las hojas de los árboles. Es un espectáculo sorprendente. Parece como si realmente de la noche a la mañana, las ramas desnudas se hubieran llenado de un frondoso verde incipiente y rabioso. 

Entre tanto, la calle sigue siendo de los pájaros. Puede que aprenda a distinguirlos. ¿alguien me ayuda?


lunes, 23 de marzo de 2020

noveno día de estado de alarma. suma y sigue

Suma y sigue. Ya sabemos que por lo menos son dos semanas más. Otro lunes de silencio, quedan los pájaros, felices de recuperar su hábitat. Tal vez debería ser así , un periodo de confinamiento y reflexión sobre nuestro papel en el planeta, nuestra presunción. Nos pensamos que somos los amos del Universo, y un ser submicroscópico que ni siquiera pertenece al reino animal, mónera, según la clasificación clásica de los cinco reinos, ha confinado a la Humanidad, nos tiene muertos de miedo y preocupación  y está provocando bajas a un ritmo pavoroso. Deberíamos hacérnoslo pensar...




octavo día del estado de alarma. habrá que tomárselo con calma


Sí, lo mejor es tomárselo con calma, como la que me he tomado yo para publicar este post. Ayer casi no me acerqué al ordenador, preferí vivir la vida offline, hacer como un domingo cualquiera y dedicarme a mi casa. Es importante seguir esas rutinas. No es cuestión de volverse loca.




sábado, 21 de marzo de 2020

séptimo día del estado de alarma. standby


Ya llevamos una semana mirando el mundo desde las ventanas. Los más afortunados tienen un pequeño jardín donde explayarse, como mis vecinos de enfrente. 

Llevamos una semana de standby, todo un país, un continente ¿medio planeta? esperando mejores tiempos... que no sé si lo serán, sé que serán distintos. De esto no sale una sociedad igual a la que había hace un mes. No sé adónde vamos, pero, sí, sé que será distinto.

Entre tanto, el día mundial de la poesía se ha manifestado a través de los brotes verdes, estos de verdad, de la higuera de enfrente.




viernes, 20 de marzo de 2020

sexto día de estado de alarma. la primavera es inexorable



Parafraseando a esos famosos grandes almacenes, ya es primavera en el hemisferio norte. Este año, con eso de ser bisiesto, ha llegado un día antes. Concretamente, ha comenzado oficialmente esta madrugada, a las a las 04:50 hora oficial peninsular española (una hora menos en Canarias). Durará 92 días y 18 horas y terminará el 20 de junio con el comienzo del verano.

La primavera es inexorable, como escribió Pablo Neruda. Y hoy ha empezado a salir un tímido y aún frío Sol. Tal vez para contrarrestar los datos que nos abruman. Tal vez para subirnos el ánimo a través de ventanas y balcones. Tal vez, simplemente, porque la Naturaleza, la Tierra, el Universo entero, siguen su curso, más allá de las preocupaciones humanas, que al fin y al cabo solo somos una especie (invasora, eso sí) de los millones que hay en un planeta de un recóndito sistema solar en una zona distal de una de las muchas galaxias.




jueves, 19 de marzo de 2020

quinto día del estado de alarma. más niebla


Faltan dos días para la primavera, pero no se nota. Los días se siguen desperezando brumosos. Ha intentado levantar un poco la niebla y hasta me he podido poner las gafas de Sol para la increíble excursión de ir a comprar. Pero sigue roñoso el cielo. 

La idea era mostrar la evolución de mi horizonte desde mi ventana a lo largo de estos días, pero de momento, poco ha cambiado. Lamentablemente, creo que vamos a tener muchas mañanas para compartir amaneceres de todos los colores... 



miércoles, 18 de marzo de 2020

cuarto día de estado de alarma. la niebla



Esta mañana el confinamiento ha sido mayor. se nos ha negado el derecho al horizonte. Me había levantado contenta porque me iba a la oficina, mira tú, quién me lo hubiera dicho hace solo una semana. Pero al mirar por la ventana la bruma estaba más allá de mis somnolientos ojos.

No sé qué va a ser peor, si esta niebla o la reclusión con un solazo espectacular. En tres días llega la primavera.





martes, 17 de marzo de 2020

tercer día del estado de alarma zaragoza limpia



Zaragoza sigue gris. Por dentro y por fuera. Lo llevamos lo mejor que podemos. Nos reímos. El humor que no falte. Tengo el teléfono a estallar de memes y chistes, de cuentas de twitter delirantes y de contestaciones jocosas. Pero Zaragoza sigue gris. Por mucho que un par de operarios del Ayuntamiento limpien las calles vacías, mojen sobre mojado la acera por la que casi nadie pasa.




lunes, 16 de marzo de 2020

segundo día de estado de alarma




Hoy hasta la atmósfera se ha aliado para que nos quedemos en casa. La mañana ha salido gris, fría, lluviosa, desapacible. Ya venía anunciándolo desde ayer por la tarde. En circunstancias normales, los días grises como este me deprimen y me pongo como una leona encerada. Hoy sin embargo, casi lo agradezco, lo último que necesito es una primavera radiante que me invite a un paseo imposible. Pero llegará, seguro. Mientras, seguiré trabajando con la tristeza tras de los cristales y un poquico metida en mi corazón. Pero #YoMeQuedoEnCasa.




domingo, 15 de marzo de 2020

primera mañana de alarma desde mi ventana



Nos han aislado a todos en casa. Estamos en estado de alarma. Anoche, si no fuera por la gravedad del asunto, caso resultaría cómico escuchar a todo un presidente del gobierno hablar de un diminuto virus con forma de pelota de juguete de perro como "el enemigo". Pero, en realidad, lo es.

Y aquí estamos, todos en casa, mirando el mundo desde nuestras ventanas. Pues qué mejor que este blog para contároslo. Ahí va mi primera mañana: