jueves, 29 de enero de 2009

reivindica, que algo queda



Hoy no se me presentaba como un gran día, por mucho que diga Serrat. No podía ir dónde el corazón me llevara, como la novela de Susana Tamaro (nunca, nunca os guardéis dentro lo que sintáis que tenéis que decir, sobre todo si se trata de decir "te quiero", nunca está de más). De manera que he dejado que el corazón se fuera solo -y ahí sigue- y yo me he echado a la calle en una mañana inusualmente luminosa para este enero tan enero. Roscón en mano, he cogido el camino hacia el río, esplendoroso, mostrándose en su inmensidad, riéndose de estúpidos azudes para más estúpidas navegaciones, y he ido a que rescatara la parte de mí que quedaba en Zaragoza la persona que mejor me conoce.

Después de una primera toma de contacto con la música (o más bien con el "chispum" porque siempre llegábamos al final del concierto) nos hemos ido a ver la exposición de Gervasio sobre Sarajevo. He salido con lágrimas en los ojos. Las fotos, los textos no dejan -o no deberían dejar-indemne a nadie. Son la reivindicación del fin de la sinrazón de la guerra, de las guerras; la reivindicación de que las cifras de muertos no son cifras, son personas, son vidas mutiladas, a veces demasiado pronto, a veces al principio, brotes que no llegan a florecer, pisoteados y convertidos en pura estadística. No son cifras, pero seguimos comiendo como si nada viendo los telediarios que hablan de los "daños colaterales" de la guerra de turno. Querido redactor, si es tu hijo el que matan en un bombardeo, ¿serías capaz de hablar de "daños colaterales"? Querido supermegajefe militar que das órdenes mirando un mapa sin ver las personas que habitan esa tierra, si es tu casa con toda tu familia la que destrozan en un bombardeo, ¿seguirías hablando de "daños colaterales"?

Pero el día venía cargado de más reivindicaciones. Zaragoza estaba pletórica. Se reivindicaba la calle, los espacios, oídos, posibilidades, futuros. Los músicos habían tomado la calle, las plazas, el paseo Independencia entero. Por cuarta vez -de momento- se celebraba el "roscón-rock" organizado por los músicos, por nadie más, como proclaman en su web: www.rosconrock.com, reclamando más espacios para ensayos, protestando por el cierre de las casas de juventud y, además, por la paulatina clausura de las pocas salas de conciertos que hay en esta ciudad.

Todo me ha parecido muy paradójico, porque, si bien estaban protestando contra el Ayuntamiento, a su vez le estaban solucionando la jornada festiva sin que el concejo se tuviera que mojar en nada, apenas en proporcionar la toma eléctrica, que este año ni vallas delimitadoras, ni mantas, ni nada.

La paradoja va más allá, puesto que este Ayuntamiento mezquino y desperrado pretende aspirar a la capitalidaridad europea de la cultura en 2016 a la vez que cierra salas, recorta presupuestos, suprime de un plumazo ciclos y festivales consolidados y de calidad y cierra puertas a la creatividad. Es un precio demasiado elevado para una expo, cuyo éxito no voy a entrar a discutir, pero que deja a posteriori un panorama cultural tan desolador como aquel engendro de Cartuja 93 tras la de Sevilla. Pese a todo, yo ya he votado: http://www.candidatecities.com/ y os animo a que lo hagáis, porque considero que ya nos cierran bastantes puertas como para que nos las cerremos nosotros mismos. A ver si conseguimos que hagan las cosas bien de una vez.

De rebote había más reivindicaciones, como la de la plataforma en defensa de las montañas, que aprovecharon el tirón de la música callejera para promocionar su propio concierto: http://www.plataformamontanas.es/ en defensa del valle de Castanesa. También los estudiantes siguen con sus reivindicaciones contra el plan Bolonia. Me da cierta tristeza, que contra lo que ahora se está protestando, era ya el viejo fantasma contra el que luchamos en el 87, cuando se hizo tristemente famoso el "cojo manteca": http://es.youtube.com/watch?v=7Zlm-_0HPUw, como si nada hubiera cambiado en 22 años.

La jornada reivindicativa no se ha quedado en Zaragoza. Más arriba de los Pirineos andaba el personal bastante cabreado (bueno, y más abajo también) y se han echado a la calle en protesta por esta crisis que han provocado unos pocos, pero que nos afecta a todos... salvo al parecer a esos pocos, que no han dejado de cobrar sus multimillonarios y suculentos bonos. y los gobiernos como idiotas socorriendo bancos...

En serio, más que reivindicar, lo que entran ganas es de robar esos bancos que rescatamos todos con nuestro dinero, tan ladrones unos como otros. Con la diferencia de que ellos roban más, pagarán menos, devolverán nada y no dejarán de vivir a todo trapo aunque los pillen (mira el Madoff), mientras que si a mí me pillan, no me libro de la cárcel, tengo que devolver hasta el último céntimo y no habré conseguido mejorar las condiciones de vida de mis hijos, más bien al contrario.

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