martes, 20 de enero de 2009

"israel, castigado, cinco minutos contra la pared"



Estas inocentes palabras las ha pronunciado mi hijo durante la cena.

Durante las cenas, mis hijos y yo hablamos, comentamos lo que pasa en el colegio y en el mundo. Mis hijos, sobre todo el mayor, siguen las noticias. Con sus nueve años es un voraz lector de periódicos. Es un niño raro, más amante de la letra impresa que de la imagen en cualquier tipo de pantalla (salvo la del cine).

Hablábamos de las guerras, de Israel y de Obama, cómo no en un día como hoy. Pero sobre todo de las guerras. Están muy concienciados. Pedían que Obama parara la guerra de Palestina y, como es de ascendencia africana, que parara de paso las de África, y hablaban del Congo y de Guinea...

Hemos hablado mucho de Palestina estos días y no me he cortado en que vieran imágenes y que se dieran cuenta de la fortuna que tienen de haber nacido aquí, que las madres y los hijos que veíamos correr, llorar, sangrar o morir eran madres e hijos como ellos y como yo, y que eran tan culpables como ellos o como yo de lo que les estaba pasando. Sólo que ellos estaban allí y nosotros aquí. Esa es la única diferencia.

Qué mundo les dejamos. Qué mundo nos deja el ínclito mister Bush. Good bye al peor presidente del mundo. De alguna manera, Bush representaba el sueño americano de que cualquier ciudadano estadounidense puede llegar a presidente de su país, incluso un tonto. En una de sus últimas entrevistas se vanagloriaba de que desde el 11-S su país no había sufrido ningún atentado en su territorio. Se le olvidó que precisamente fue a raíz de ese atentado cuando su población, acostumbrada a ver los desastres por la tele en otros puntos del globo, se dio cuenta de que no sólo era vulnerable, sino que era objetivo terrorista. Eso es un tanto que se tiene que apuntar el señor Bush. Pero también el de meter a su país en dos guerras "de liberación" que no han conseguido otra cosa que empeorar la situación social de ambos países, Afganistán e Irak, amen de ver como sus soldados regresan a casa con los pies por delante. Se metieron hace siete años en Afganistán en busca de Bin Laden (excusa oficial), de paso derrocar al régimen talibán (otra excusa oficial) y además liberar al pueblo y a sus mujeres del burka, el de tela, el psicológico y el social (justificación lacrimógena oficial). No han encontrado a Bin Laden. Los talibanes no están en el gobierno oficial pero controlan grandes áreas del país. Y las mujeres siguen con todos esos burkas encima soportando como les deforman la cara con ácido, como ocurrió hace bien poco -que sepamos- y suma y sigue.

En Irak no les ha ido mucho mejor. Vale, cogieron a Sadam e incluso lo ahorcaron a la vista del mundo entero, que hace falta ser macabro. Pero, ¿y qué más? Estoy convencida de que a estas alturas hay mas de un iraquí que piensa que contra Sadam vivían mejor. Un país devastado, decenas de muertos día sí y día también, expolio de los lugares de los que parte la historia occidental, condiciones precarias de vida... Menudo legado.

Y como guinda, Israel lanza un ataque furibundo contra Gaza en el que no respeta ni a los vivos ni a los muertos -espeluznantes las imágenes de un cementerio con las tumbas reventadas http://www.elpais.com/fotografia/Bombardeado/principal/cementerio/Gaza/elpdiaint/20090114elpepuint_5/Ies/- antes de que su amiguito americano, mister Bush abandone la Casa Blanca y llegue alguien a pararles los pies. Porque es así, ¿no, señor Obama?

Esa es una de las ventajas y de los retos de él. Hay puestas demasiadas esperanzas en este hombre que ha hecho historia en una Historia a todas luce racista. Si no, ya me contaréis a que fin tanta monserga sobre el primer presidente negro. ¿si realmente todos somos ya tan guays, qué más nos daría que fuera negro o blanco, hombre o mujer, parapléjico o atleta? Si a todos se nos llena la boca con eso de "todos somos iguales" no debería tener la menor importancia el color de la piel, ¿no?

La ventaja de Obama es que Bush lo ha hecho tan mal, que es muy fácil hacerlo mejor que él. El reto es que lo han convertido en una estrella, casi un superhéroe, rodeado de un coro de cientos de millones de voces aduladoras que esperan que una palabra suya les baste para salvarles. Y es una responsabilidad muy grande. Y es falible, que de eso no se libra ni el papa, por mucho que diga. Y es más de derechas que Rajoy, no nos llevemos a engaño, que nos llevaremos algún desengaño.

Y ¿qué nos quedara cuando nuestro norte, nuestro nuevo líder mundial incuestionable sea cuestionado por alguna mente crítica y esas palabras sean por fin escuchadas?

Pensemos y vayamos enseñando a pensar a nuestros hijos. Es nuestro mejor legado.



2 comentarios:

h.s. dijo...

Puede que tengas razón. Lo veo un poco excedido en todo. Pero hay un aspecto que no puedo pasar por alto. Se lo mucho que quieres a tus hijos, ese " pedazo de futuro ", pero dentro del respeto y amor que te tengo debo decirte que no. Las imagenes quedan y en personitas al fin y al cabo de corta edad, por mucha madured que le queramos suponer, estas imagenes de extremo dolor no creo que le aporten nada positivo. Otra cosa es además el dar por sentado que entienden el por qué. ¿ Lo entiendes tú?. h.s.

SA dijo...

Hola Edurne.
Gracias por haberte pasado un rato por la mesa de mi bar.

Me ha alegrado mucho esa visita porque me habían ido enganchando tus comentarios en el blog de Gervasio Sanchez desde el que descubrí el tuyo. Ya he ido leyendo bastantes cosas de días pasados, y me ha ido encantando.

Gracias por hacerme un hueco.